Novillas es la población por la que el río Ebro entra en Aragón definiendo un entorno natural privilegiado, en el que la rica biodiversidad de sus sotos de ribera lo convierte en un enclave único.
El Dance de Novillas, que mantiene vivo un preservado y antiquísimo legado de vivencias y cotidianeidades de la comunidad vecinal, y que es impronta indisociable del “ser” de los novillenses, constituye uno de los elementos de su patrimonio cultural más significativo y con el que se sienten plenamente identificados. Su música característica y el eco del vigoroso “paloteao” de los danzantes, se representa parcialmente por las calles del Municipio coincidiendo con las fechas más señaladas del calendario, y también con ocasión de los acontecimientos más trascendentales de la localidad. No obstante, su representación completa se realiza cada año durante las Fiestas Patronales en honor a la Virgen del Rosario (6 a 12 de octubre), y más concretamente el día 7, concitando la presencia de los vecinos y de numerosos visitantes.
La historia de Novillas se remonta al siglo V a.C., cuando los celtíberos fundan Nulle a las orillas del río. Posteriormente serán los romanos y árabes quienes dejarán su huella, siendo ya después de la Reconquista, cuando será repoblado con cristianos y mozárabes para ser donado a la Orden del Temple y, tras su desaparición, a la Orden de San Juan. La importancia de esta Orden queda patente en el palacio de los Comendadores del s.XVI, construido como Casa Conventual.
La Iglesia Parroquial se construyó en el s.XVIII sobre el solar de una antigua iglesia románica. En una época más cercana en el tiempo, la historia también ha dejado uno de sus vestigios más característicos de Novillas: un pequeño fuerte fusilero que se construyó durante las Guerras Carlistas con fines defensivos para proteger un vado del río, y que actualmente se halla declarado Bien de Interés Cultural.
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